domingo, 31 de marzo de 2013

¿Nos Cuidamos Mutuamente?


¡Que pronto olvidamos! siempre pesa más el egoísmo que el recuerdo de dónde venimos, siempre vivimos al día sin mirar arriba ni abajo, solo a nosotros mismos, pero ¿de dónde vienes? y ¿a dónde vas?    

Ya no nos acordamos de cómo nos cuidaban, de su ternura, de cuantas veces nos tienen en brazos, nos han bañado y llenado de besos y abrazos, se les caía la baba, se les sigue cayendo, la diferencia es que antes era por nosotros de verdad, y ahora por el recuerdo de cuando éramos pequeños. Como se suele decir, ¡que guapos eran de pequeños! Sí, es cierto, y muy buenos, y sonreíamos a todas horas, solo llorábamos para comer. ¡Qué pena! ya no nos acordamos de quién nos cuidó, quién nos ha hecho crecer y madurar en la vida.


  

Ha cambiado todo, ahora somos mayores y suficientes, no necesitamos a nadie, ¡claro que sí! ¡Somos los más mejores! Ahora, precisamente ahora, son ellos los que nos necesitan a nosotros, si ellos, los mismos que nos cuidaban, y que se preocupaban en todo momento de nosotros, para ellos nunca fuimos una carga, al revés, una ilusión, la energía y el motivo de vivir cada segundo, ellos, nuestros principales valedores en la vida, ellos, son los que nos necesitan, es el momento de tratarles con el mismo cariño y tacto que ellos nos dieron cuando aún no andábamos si quiera. Nos dieron su amor, su cariño, todo su esfuerzo por y para nosotros.

Es el momento de demostrar parte de lo que he escrito en mis anteriores post, es una gran oportunidad de poder poner en práctica y en la realidad, nuestros cambios, y favorecer así, a aquellos que nos han dado la vida y han dispuesto la suya para que nosotros seamos alguien, hagamos disfrutar a nuestros mayores, a nuestras raíces, saquemos esa sonrisa dulce que tanto hemos visto desde pequeños, hagamos que sientan ese gran cariño y amor que tanto han desbordado por nosotros, compartamos nuestra felicidad por los que siempre disfrutan de nuestros éxitos y alegrías. Sigamos contando nuestros días con la alegría de tenerles con nosotros, y que ellos sean los más felices, que sonrían al vernos. Es un gran propósito, es la mejor de las acciones que podemos hacer hoy en día. Llenemos de luz sus caminos, hagamos que sus movimientos toscos se conviertan en simples giros de delicadeza extrema, hagamos de su vida la nuestra.

Ellos nos convirtieron en lo que somos, y ahora, debemos y tenemos que ser entregados en cuerpo y alma a nuestras raíces. Por ellos, una sonrisa, por ellos nuestro corazón, por ellos todo, se merecen más, pero vamos a dar solamente todo.

Si no saben hacerlo, pidan ayuda, ellos no tienen culpa de que se les haya olvidado como querer a quien más les quieren.





Este post, se lo dedico a todas las personas que quieren a sus mayores y los cuidan. Atienden a sus mayores al mismo tiempo que dan una lección a sus hijos. Gran ejemplo de valores y principios. ¡Va por ustedes!

lunes, 25 de marzo de 2013

¡Estamos NO Educados!


Desde que tenemos uso de razón, es más, desde que nacemos, ¡si, si! Desde el mismo momento que nacemos, escuchamos esa palabra tan utilizada por todos, siempre oímos la palabrita que nos trae por el camino de la amargura durante toda nuestra vida, ¡si, la misma!




Que si estas en la cuna, que NO  te pase algo,  que si creces un poco, que No te metas nada en la boca, cuando ya corres, que No te caigas; sigues en tu avance de la vida, que No metas los dedos en los enchufes, (¡que ocurrencia!), si vas al cole, que No te fíes de nadie, que No cojas nada; pasamos de primaria y empezamos a despuntar, que No llegues tarde, si eres  adolescente, que No bebas, que No fumes, que No llegues tarde, que No hagas el tonto; mayoría de edad, que No te drogues, que No corras con el coche (¡con el caso que hacemos todos!) y que No seas padre antes de tiempo, ¡tranquilos!, que seguimos en racha, si tienes novia, que No te vayas de casa; tienes trabajo, que No te echen (como si fuera decisión nuestra, claro), te independizas, que No lleves a cualquiera a casa (¿para qué creéis que nos independizamos?) ya independizado y evento familiar, que No llegues tarde, que No bebas, que No te drogues, que No corras, (¡uff! Esto ya lo hemos pasado antes,¿ No?) En fin, veremos qué No cosas tenemos que seguir haciendo o …. No!

 ¿Podéis contar cuantos No habéis leído en este escrito?, si, ¡el del título también cuenta! ¿Cuántos os salen?

Nuestros mayores lo han hecho perfecto, nadie les enseñó, no tenían herramientas ni ayudas, pero Si han sido listos, y nos han enseñado lo que No debemos continuar, ¿Y nosotros? ¿A que esperamos? ¿Qué queremos para los que nos siguen? ¿Honraremos a nuestros mayores con el cambio a positivo? Es el momento, ahora es cuando debemos imponer el Si como educación.

Si, quiero mejorar la calidad de los que vienen, Si quiero preparar un camino donde se pueda trabajar sin miedo, Si voy a erradicar mis errores, Si tengo que disfrutar de mis momentos, Si vamos a crecer humanamente, Si abriremos las puertas al compartir, Si ayudaré desinteresadamente, Si hablaré, Si escucharé, Si correré de la mano con los que vienen y los que me trajeron, Si quiero ser feliz, Si conseguiremos traspasar la barrera de lo malo, Si veré aumentar el mundo, Si escucharé el Éxito de mis cercanos, Si valoraré lo que me quieren enseñar, Si seré quien quiero ser, Si lucharé por una sonrisa más, Si me desplazaré para abrazar a un amigo, Si cogeré el hilo positivo de la vida, Si, por supuesto que Sí, quiero amar y Si, quiero que me amen, Si quiero que me quieran como yo os quiero, Si quiero cambiar el formato educativo para mejorar lo anterior.

Bueno y ahora, ¿habéis contado los Si del escrito? ¿muchos?

¡Ahora Si, eh!, muy bien, ¡Enhorabuena! El resultado está en vosotros, y en como lo veáis, si hemos aprendido la lección, será positivo, sino, seguiremos viendo la palabrita que nos acompaña desde que nacemos.


¡Que os sale positivo!, ¡perfecto! Eso es, que en un par de párrafos hemos conseguido entender lo que tenemos que cambiar en nuestro día a día, cambiar el No por el Sí, os invito a hacer la prueba, en vuestro negocios, trabajos, casas, charlas con amigos o cualquier situación que se dé, cambiar la postura negativa por la positiva,¡ modificar la forma, y cambiará el resultado!, es un hecho demostrado, ahora solo queda, que sigáis vosotros este camino, y empecéis a enseñárselo a los demás. Es el camino del ...


martes, 19 de marzo de 2013

La Piscina de los Prejuicios, ¿la vaciamos?


¿Tienes piscina?, es la pregunta que todos nos deberíamos hacer, pero, la realidad es que todos al nacer, lo hacemos con una gran piscina.




Si amigos, unos las llenan más, y otros menos, pero todos tenemos una. En nuestro avanzar del día a día, vamos llenando nuestra particular piscina de los prejuicios; ¿Cuántas cosas dejamos de hacer por miedo? ¿Cuántas aspiraciones dejamos en el camino, por pensar que no estamos cualificados? ¿Cuántas veces hemos pensado? ¡Eso seguro que no es para mí!                                                                                      
                                                                                                   
Ya es hora que apliquemos la lógica, y que podamos cambiar el paso de nuestras circunstancias. Y si no lo hacemos nosotros, ¿quién?

Después de más de 12 años entre Redes Comerciales, seleccionando, formando, motivando y dirigiendo, me he dado cuenta de que muchas personas, se dan por vencidas antes de intentarlo, una gran mayoría lo dejan antes de enfrentarse, y los que lo intentan, se dan por vencidos a la primera. 

Casualmente tengo que destacar, no sin sorprenderme, que las personas más decididas, son las que menos seguridad debían  tener, ya que su formación era justa o nula, para una red comercial. De igual modo, he visto a personas que con un buen historial en la venta, no se disponian a empezar el reto. De nuevo, la piscina haciendo estragos en nuestro día a día.

Mi lectura es, que en función de la necesidad real y sin opción de decidir, todos podemos dejar de llenar la piscina de prejuicios, y en cambio, podemos llenar de alegría y satisfacción cada uno de los momentos que transcurren por nuestras vías de realización, cada oportunidad que tenemos de dar un paso, hay que darlo, nadie es más que nadie, y menos, tampoco.

Sea quien sea, seguro, totalmente seguro,  ¡que puede conseguirlo!

Yo dejo de llenar mi piscina, ¿y vosotros?