¡Que pronto
olvidamos! siempre pesa más el egoísmo que el recuerdo de dónde venimos,
siempre vivimos al día sin mirar arriba ni abajo, solo a nosotros mismos, pero
¿de dónde vienes? y ¿a dónde vas?
Ya no nos acordamos
de cómo nos cuidaban, de su ternura, de cuantas veces nos tienen en brazos, nos
han bañado y llenado de besos y abrazos, se les caía la baba, se les sigue
cayendo, la diferencia es que antes era por nosotros de verdad, y ahora por el
recuerdo de cuando éramos pequeños. Como se suele decir, ¡que guapos eran de
pequeños! Sí, es cierto, y muy buenos, y sonreíamos a todas horas, solo
llorábamos para comer. ¡Qué pena! ya no nos acordamos de quién nos cuidó, quién
nos ha hecho crecer y madurar en la vida.
Ha cambiado
todo, ahora somos mayores y suficientes, no necesitamos a nadie, ¡claro que sí!
¡Somos los más mejores! Ahora, precisamente ahora, son ellos los que nos
necesitan a nosotros, si ellos, los mismos que nos cuidaban, y que se
preocupaban en todo momento de nosotros, para ellos nunca fuimos una carga, al
revés, una ilusión, la energía y el motivo de vivir cada segundo, ellos,
nuestros principales valedores en la vida, ellos, son los que nos necesitan, es
el momento de tratarles con el mismo cariño y tacto que ellos nos dieron cuando
aún no andábamos si quiera. Nos dieron su amor, su cariño, todo su esfuerzo por
y para nosotros.
Es el
momento de demostrar parte de lo que he escrito en mis anteriores post, es una
gran oportunidad de poder poner en práctica y en la realidad, nuestros cambios,
y favorecer así, a aquellos que nos han dado la vida y han dispuesto la suya
para que nosotros seamos alguien, hagamos disfrutar a nuestros mayores, a
nuestras raíces, saquemos esa sonrisa dulce que tanto hemos visto desde
pequeños, hagamos que sientan ese gran cariño y amor que tanto han desbordado
por nosotros, compartamos nuestra felicidad por los que siempre disfrutan de
nuestros éxitos y alegrías. Sigamos contando nuestros días con la alegría de
tenerles con nosotros, y que ellos sean los más felices, que sonrían al vernos.
Es un gran propósito, es la mejor de las acciones que podemos hacer hoy en día.
Llenemos de luz sus caminos, hagamos que sus movimientos toscos se conviertan
en simples giros de delicadeza extrema, hagamos de su vida la nuestra.
Ellos nos
convirtieron en lo que somos, y ahora, debemos y tenemos que ser entregados en
cuerpo y alma a nuestras raíces. Por ellos, una sonrisa, por ellos nuestro
corazón, por ellos todo, se merecen más, pero vamos a dar solamente todo.
Si no saben
hacerlo, pidan ayuda, ellos no tienen culpa de que se les haya olvidado como
querer a quien más les quieren.
Este post, se lo dedico a todas las personas que quieren a sus mayores y los cuidan. Atienden a sus mayores al mismo tiempo que dan una lección a sus hijos. Gran ejemplo de valores y principios. ¡Va por ustedes!