lunes, 14 de julio de 2014

En el Cielo como en la Tierra

Siempre miramos al cielo, y siempre admiramos la constelación de estrellas que allí nos encontramos, cuando nos fijamos bien, siempre nos dirigimos a las que más brillan. Desde aquí, vemos esa luz resplandeciente, que ilumina más que las demás, y tan solo, la admiramos.





 ¿Cuántas personas conocemos en nuestras vidas que brillan con luz propia? Son como las estrellas que admiramos por la noche, brillan por su luz, por su magia, por ser diferentes al resto de los humanos que aquí formamos esa bola que conocemos como Mundo. Cuando miramos al cielo, vemos estrellas de todos los tamaños, más grandes, más pequeñas, unas que iluminan de forma clara y llamativa, otras en cambio, tan solo se dejan ver, y aún con todo y con eso, siguen siendo estrellas, y como tal las miramos.



En la Tierra, pasa lo mismo, hay estrellas que lucen al por mayor, personas que brillan en todos y cada uno de los pasos que dan, personas que cada cosa que hacen, parece que lo hacen con una varita mágica, todo sale bien, y está todo perfecto, o por lo menos así lo vemos y admiramos.



También existen esas otras estrellas que lucen menos, que se las ve mucho menos, es decir, que no destacan, pero, al igual que en el cielo, siguen siendo estrellas, son personas que iluminan el camino de muchas otras personas, personas que se vuelcan con los demás, que hacen verdaderos esfuerzos por los demás, y además de hacerlo, son super felices, no necesitan el reconocimiento de nadie, tan solo la sonrisa de otra persona que la necesitaba es suficiente para sentirse bien. Son estrellas con luz propia, estrellas de gran valor, entre otras muchas cosas, porque son capaces de hacer que esas pequeñas estrellas apagadas por las circunstancias y sus momentos, comiencen a brillar de forma abundante y constante.


Volviendo a las estrellas que brillan por todo lo alto, esas que lucen alegría y sonrisas en todo momento, también son dignas de admirar, lo hacen de forma constante, estén como estén, da igual, lo hacen, y nadie se preocupa de como están, de cómo se sienten, ni tan siquiera, se preocupan de si necesitan algo, también son personas, con su corazón, y sus problemas, sus familias y sus circunstancias.


Por ello, desde aquí, este espacio que me permite contactar con todos vosotros, os dejo una cuestión para pensar en algún momento de vuestras vidas. Cuando veáis a una persona, en lo alto o en lo bajo, no dejéis de pensar que se trata de una estrella, que algo tiene que enseñar, que mostrar, que algo tiene en su interior que te puede enriquecer, da igual la intensidad de su iluminación, solo hay que pensar, que su pócima mágica te vendrá bien en algún momento, por lo tanto, no le niegues la oportunidad de que te impregne con su magia.


Las estrellas, lo son, da igual el tamaño y su luz, estas se muestran en el cielo de noche, pero que sepáis, que de día las tenemos al lado o enfrente, el caso es, que entre todos, formamos una constelación de magia y su fusión hace que seamos las mejores estrellas del mundo.





"La suma de Magia entre todas las Estrellas, harán brillar de día, lo que por la noche en el cielo nos detenemos a mirar".