martes, 27 de octubre de 2015

Carta de Despedida

Así es cuando una relación termina, una despedida es la que da por finalizada dicha relación, así es como queda claro que ya no se sigue y por tanto todo cambia.



Una de las mejores formas para realizar esta despedida es a través de una carta, escribir lo que sientes, lo que recuerdas, lo que has pasado y lo que has aguantado. Es una forma muy real de plasmar lo que está en el interior y darle sentido en un texto que a la postre quedará reflejado el sentir de un recorrido.



La carta dice así:

Se acabó, ya no puedo más con esta situación. Llevo muchos años de aguante, de soportarte, de tener que estar sujeto a las condiciones que me impones, siempre apareces cuando menos lo necesito y te quedas cuando más lejos te quiero, eres intolerante, eres prepotente y siempre impones tu criterio sin importarte lo que yo sienta, vas por libre y tomas decisiones sin mirar más allá de lo que realmente consideres.

No tienes reparo en aparecer cuando la situación es tensa, de hecho es cuando más apareces, siempre firme y autoritario, condicionándome y superándome en todo momento.

Por todo esto he decidido terminar con esta relación, sé que a veces es necesario tenerte para tener cautela pero no puedo vivir contigo, no puedo crecer, me limitas, no soy feliz porque me impones y me condicionas, necesito dar un paso al frente y caminar en busca de lo que me merezco y te aseguro que estar de la mano contigo en todo momento no es lo que quiero.

Entiende que llevas conmigo mucho tiempo y es hora de separarnos, yo necesito ser feliz y dar un giro a mi vida.

He aprendido mucho contigo, ahora quiero experimentar otras cosas, otras formas de vida, otros caminos y otras oportunidades.
Hasta siempre, espero y deseo que por muy mal que lo haya pasado por lo menos me haya servido de algo y me reconforte para el futuro, saber por lo que he pasado contigo me dará fuerzas para no volver a caer en ello.

Por todo eso, gracias.



En definitiva es una carta sin más, quizá sea fría, quizá sea corta pero sobretodo es muy real, esta carta debe ser ejemplo de lo que todos y cada uno de nosotros deberíamos hacer para despedirnos de él.



Si eres capaz de dar el paso, de mantenerte fuerte en la decisión, será un cambio muy grande en tu vida, porque una de las causas más frecuentes que tenemos por desgracia para no ser felices es ese fiel compañero de momentos que siempre aparece cuando tenemos dudas, la mayoría de nosotros permitimos que el MIEDO sea nuestro principal motor de actuación.







Así que vayan escribiendo su propia carta de despedida y empiecen a generar otro tipo de pensamientos para hallar un resultado diferente en todos y cada uno de sus días.



“Los sueños son incompatibles con los miedos, tu misión es elegir entre ambos”





miércoles, 14 de octubre de 2015

Emocionando

Perfecto título que contempla en su plenitud el deseo de todo ser humano. Es la clave para funcionar en la vida, para seguir dando pasos y seguir sintiendo que estamos vivos.




¿Qué sería de nosotros sin emocionarnos? Francamente seriamos unos seres más bien inertes sin ningún tipo de estímulo ni para bien ni para mal. Debemos valorar más y mejor, o sea hacerlo despacio, la capacidad que tienen los demás para emocionarnos.



Después de unos cuantos años en la vida, te vas fijando lo diferentes que somos las personas, lo que nos mueve a unos a otros en cambio les es indiferente y viceversa. Vemos personas duras, con carácter, aparentemente infranqueables, que nos dan una imagen de frialdad implacable, vemos personas alegres, simpáticas, dicharacheras que van y vienen con la bandera de la sonrisa puesta desde bien temprano. Nos cruzamos con personas que a primera vista parecen débiles o frágiles, tristes y cabizbajos, tan solo nos dan la sensación de no tener fuerzas ni para saludar. Así podemos estar definiendo un largo periodo de tiempo pero la clave está en que todos ellos y todos nosotros coincidimos en algo, todos dependemos de nuestras emociones, absolutamente todos tenemos puntos débiles donde flaquean los fuertes y bailan los tristes, todos tenemos nuestro cajón de emociones.



Es tan grande nuestro mundo interior que pocos son los que se atreven a compartirlo con el resto, es uno de nuestros mayores tesoros y solo lo compartimos con aquellos que creemos que nos van a ser fieles y leales. La historia habla y está para ser leída, pero también para seguir siendo escrita. No encuentro ninguna razón para que una persona fuerte no pueda llorar y una persona débil no pueda gritar. Todos somos capaces de todo, en mayor o menor medida, pero seguramente estemos predestinados por las circunstancias vividas y las experiencias aprendidas. Éstas a su vez son las que nos priorizan a la hora de demostrar nuestras emociones.



¡Los hombres no lloran! Pues menos mal que no es cierto porque no entiendo el mundo sin hombres con corazón, porque haberlos “haylos” y además podemos vivir situaciones en las que ver llorar a un hombre puede resultar de lo más conmovedor del mundo. Cuando un padre ve nacer a su hijo, esas lágrimas son de las más bonitas que se pueden ver, cuando un hijo se siente orgulloso de sus padres y se lo muestra a pleno corazón, esas lágrimas son de amor y por supuesto que también son bonitas. Todas estas lágrimas si las juntamos con las de una madre al emocionarse con sus hijos por una sorpresa o por un detalle, las lágrimas de una mujer cuando es sorprendida con amor verdadero, si juntamos todas las lágrimas conseguimos hacer un mar de emociones positivas que nada tiene que ver si son de hombre o mujer, tan solo son seres humanos de diferente índole con la capacidad de emocionarse por muy duras que hayan sido las circunstancias pasadas.


“Las emociones existen para hacernos reales ante los demás y ante nosotros mismos”



Quedan todos invitados a provocar esas emociones tan bonitas en los ojos de los demás, a partir de que se lo propongan sus corazones brillarán con más luz y su cara se iluminará con su sonrisa.



martes, 13 de octubre de 2015

Punto de Partida

Todos comenzamos desde un punto de partida, comenzamos muchas cosas, algunas las terminamos otras no, unas se necesitan finalizar y otras en cambio solo necesitamos empezarlas para saber que no es lo nuestro y así desestimar esfuerzos.





Como todo en esta vida el inicio de algo comienza con una serie de sensaciones establecidas en la cabeza, cuando estamos cerca de poner un proyecto en marcha, todo son buenas intenciones, ilusiones, positividad y deseos de  éxito constantes. Muchas veces es la razón propia de llevar a cabo tal proyecto, en otras áreas diferentes también ocurre lo mismo, por ejemplo cuando conoces a alguien nuevo, te atrae, hay feeling, buena conexión, conversación amena, risas y complicidad, claro está que cuando estás en soledad la cabeza empieza a divagar y visualizas momentos dulces, ratos agradables, juntos, compartiendo y siendo felices.



Esto quiere decir que nosotros mismos somos capaces de ejercer ese derecho a la felicidad, el único inconveniente es que tan solo nos vemos capaces cuando es provocado desde otras personas o circunstancias.



Todo comienza desde un punto de partida y siempre tenemos la opción de ser felices dentro de la circunstancias que se den, siempre tendremos la opción de elegir la positividad para combatir un mal momento, siempre podremos crear en nuestra cabeza la fuerza suficiente para luchar, para vivir y sobrevivir, tenemos la gran ventaja de ser los capitanes de nuestra cabeza y tripulantes de nuestro corazón, por ello debemos comenzar un nuevo punto de partida para generar nuevas ilusiones empezando desde nosotros para nosotros mismos porque es importante querernos mucho aun sin nadie que nos provoque ese extra de felicidad proporcionado por una oportunidad de algo nuevo e inquietante.



Nuestro punto de partida se inicia cada vez que quieres avanzar sobre tu misma versión, actualizarla, modificarla, crear una nueva para mejorar la anterior, ese es el fin de cuantos puntos de partida seas capaz de poner en marcha.



“La capacidad de crecer se basa en nuestro deseo de quererlo  y nuestro esfuerzo de lograrlo”



Todos comenzamos nuestra historia, ahora tenemos la opción de generar nuevos capítulos con la energía positiva, la fuerza necesaria y las ilusiones suficientes para continuar, no esperes a que venga alguien a invitarte a crear algo, hazlo tú mismo.




¿Cuántos puntos de partida vas a generar?




martes, 6 de octubre de 2015

Oferta y Demanda: Sueño y Oportunidad

Volvemos a escribir, esta vez con una oferta y demanda para aquellos que necesiten un empujón en este duro caminar de la vida, en momentos tensos y oscuros, en situaciones adversas y desafiantes.


Se ofrece: una oportunidad para vivir mejor, para sonreír, para estar a gusto, para disfrutar, se ofrece la posibilidad de generar un bienestar propio y adyacente a sus círculos más cercanos, se ofrece la opción de crecer y ampliar registros, mantenemos una idea básica elevada a la máxima potencia, desarrollada durante muchos años, llevada a cabo por un sinfín de personas en nuestro día a día.


Gozamos de la experiencia de nuestros antecesores, del aprendizaje de los errores pasados tanto propios como ajenos, tenemos el recorrido perfecto en los peores caminos de muchas personas que han superado esas barreras y han adquirido muchos valores que han puesto en conocimiento de todos nosotros con la firme intención de que pudiéramos avanzar y mejorar todo aquello que se vivió.
Para todo esto es necesario una serie de requisitos,  por ello es que se detalla también la demanda a continuación.



Se demandan: personas con ilusiones, con fuerza y ganas de luchar, personas que quieran mejorar así mismas, con alegría, conocedoras de su capacidad de sufrimiento y superación, que tengan fe en ellas, que quieran desarrollarse más y mejor, que se quieran adaptar a los nuevos ritmos de vida, que quieran y deseen una vida mejor, que quieran provocar entusiasmo en su alrededor, que quieran compartir sus experiencias, que no tengan miedo a fracasar, que no sean negativas con todo cuanto acontece en su día a día, personas normales que tengan en su haber la posibilidad de quererse y de respetarse, se demandan personas que tengan su corazón latiendo a impulsos para seguir creciendo.



La mejor oferta que podemos presentar ajustando la demanda es que seas tu mejor versión, que confíes en ti, que tengas ilusión por hacer cosas nuevas, que no tengas miedo ni a caer ni a levantar, ni mucho menos a contar tu experiencia para ayudar a otros, que seas capaz de mirar dentro de ti, que no te importe reconocer carencias ni limitaciones pero que tampoco te cueste reconocer aquello que haces bien, no es cuestión de prepotencia es cuestión de reconocimiento propio a esfuerzos, cualidades y aptitudes que has sabido desarrollar en tu caminar.


 No existe mejor oferta que aquella que puedas dar con total seguridad y confianza, con esmero en superar las barreras y poder decir abiertamente que quieres seguir aprendiendo. No es momento de agachar la cabeza (nunca lo es) y tampoco de esconderse, hay que dar un alto en el camino para mirar dentro y sacar todo, lo malo para aceptarlo y asumirlo, pedir perdón si hace falta y corregir para que no vuelva a suceder. Y lo bueno para mejorarlo, para exponerlo al máximo y que se refleje en tu mirada a la par que tu alma.

“Tu mejor versión es tu mejor proyecto”