martes, 26 de enero de 2016

¡Emoción, clave para tus clientes!

Han tardado mucho los grandes gurús en darse cuenta de cuál es el verdadero valor de las exposiciones, empresas, proyectos, en fin, de todo cuanto se hace.



De un tiempo aquí, observo en los blogs de grandes profesionales que alternan sus poderosos conocimientos en diferentes materias con post dirigidos o conducidos sobre las emociones. Están en pleno proceso de expansión y han acertado de lleno. Si hay algo que mueve al mundo son las emociones, estamos habidos de emociones, todo en la vida pasa por la parte emocional, hasta de aquellos que muy fríos se muestran, hasta ellos también dependen de las emociones.




Cuando profesionales reconocidos deciden incorporar estos post en sus blogs, llevan a cabo una estrategia de empatía con el público, es una manera con cierta garantía de éxito el trasladar los conocimientos y las oportunidades que se puedan crear en un futuro. La suma de su experiencia, sus conocimientos y la base emocional, atraerán más si cabe al público objetivo hacia sus intereses.



Me encanta verlo, porque realmente no hay negocio sin emociones, no hay vida sana sin emociones, no existe relaciones sin emociones, por lo tanto son necesarias en cualquier estrategia que llevemos a cabo. Todos somos especialistas en emociones, las hemos vivido, compartido, sufrido, disfrutado, etc… a eso hay que sumarle nuestra puesta en valor de nuestros conocimientos profesionales y así conseguimos el mejor cóctel posible.


“Las emociones son la mejor herramienta de vida, necesarias como el aire, lucen al ritmo de nuestro querer”


Cualquier proceso de compra tiene por base la emoción, puede ser un producto necesario, pero es inevitable que le apliquemos la emoción para llevarlo a cabo. Estamos en rebajas y nos dedicamos a comprar por impulsos, si vemos algo que nos gusta en un escaparate no usamos la cabeza, pasamos y lo compramos. Así podemos enumerar una cantidad importante de situaciones en la vida de cualquiera de nosotros. La verdad de todo esto es que sin las emociones no vivimos.



Para poder avanzar en la vida tenemos que hacerlo en base a las emociones, debemos estar ligados a ellas, disfrutar y ser absorbidos por cualquier situación emocional que rompa nuestro día a día racional.




Para todos aquellos que empiezan con un negocio, para los que ya lo tienen, para los que trabajan por cuenta ajena, para los que sueñan, para los que sonríen, para todos vosotros que leéis estas letras, poner emociones en vuestra vida, en vuestro trabajo, sacar de vuestro corazón lo que más se siente y ponerlo en valor junto a vuestros conocimientos para conseguir disfrutar de vosotros y hacer disfrutar a los que os siguen.




Foto: Pixabay


lunes, 18 de enero de 2016

El Triple Filtro

Retomando mi formación de coaching he vuelto a recoger información que tenía archivada, pero la recupero gracias a este proceso y lo comparto con todos vosotros.



Así como el título es la historia sobre la que voy a hablar hoy, el triple filtro se remonta a la época de Sócrates, la verdad es que después de leerlo te dan ganas de publicarlo en todas las RRSS y medios de comunicación para ver si así somos capaces de mejorar cada segundo de nuestra vida, ayudaría a no malgastar el tiempo, a no crear enfrentamientos, lo cierto es que también incurrimos en generar más aburrimiento, dando por hecho que el tipo de personas que se dedican a criticar y hablar mal de los demás es porque no tienen mucho en su vida y necesita la de los demás.



Nuestro maestro Sócrates nos da una lección:
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto  replicó Sócrates: Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.  
¿Triple filtro?   Correcto  continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No dijo el hombre, realmente solo escuché sobre eso y…   Está bien dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. El segundo filtro, el filtro de la bondad ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?   No, por el contrario…     Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro de la utilidad ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no. Bien concluyó Sócrates, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?  



Pues aprendida la lección tan solo nos queda practicarla con mucho énfasis para que se nos grabe a modo de hábito y seamos capaces de extender esta buena praxis a todos cuantos nos rodean.


“Tres filtros y tu calidad de vida aumenta” sería un buen eslogan de marketing para cualquier marca, pero no existe mejor marca que la tuya propia.


Yo voy a empezar a filtrar ¿Y vosotros?



martes, 12 de enero de 2016

Conquista(te)

El arte de conquistar es tan selecto que siempre probamos a conquistar a los demás, tenemos tiempo para regalar, preparar sorpresas, hacer una rima bonita, preparar un detalle, etc… Nos mueve la ilusión y nos embarga la emoción, en ese estado somos capaces de cualquier cosa con tal de que la persona en cuestión se fije, sonría, nos complazca y se quede con nosotros de por vida. Todo para ser elegidos por otra persona.



Es así como funcionamos internamente, estamos sujetos a un objetivo externo, nos fijamos en alguien, nos llama la atención, nos acelera el pulso desde el corazón, su presencia nos pone nerviosos y nosotros damos todo, lo entregamos todo absolutamente por esa persona, tanto así, que se nos va la vida en ello, pero… si la vida más importante es la nuestra propia, ¿cuánto tiempo dedicamos a conquistarnos?



Tenemos que aprender a conquistarnos, a querernos, a deleitarnos, a mimarnos, en definitiva debemos mantenernos contentos e ilusionados con nosotros y para nosotros. Somos los mayores conocedores de nuestras necesidades y nuestros gustos, el gesto más fácil de conquista es hacerlo con nosotros, sin esperar otra respuesta que no sea nuestra propia felicidad, el sentirnos bien con nosotros mismos, el poder añadir eso de ¡porque yo lo valgo y me lo merezco!



¿Cuántas veces dejamos de hacer cosas que nos gusta por complacer a otros? Y siguiendo esta escala de preguntas, ¿Cuántas veces lo hacemos al revés? No es cuestión de ser un egoísta empedernido, se trata de querernos, amarnos, cuidarnos y mimarnos en un orden preferencial.



La cuestión es la siguiente, si nos cuidamos y nos conquistamos a nosotros mismos nos sentiremos con tanta energía y fuerza que ya con ese hecho en sí, haremos felices a los que se encuentran a nuestro lado, estaremos más receptivos, más dispuestos, más sonrientes, seremos generadores de sonrisas, estaremos impregnados de ilusión para transmitir esas emociones que tanta falta nos hace a diario.



Si conseguimos empezar este nuevo año con conquistas internas, seremos capaces de conquistar el mundo


“La mejor manera de poder conquistar al resto es hacerlo empezando por ti mismo primero“



El hecho de hacerlo te llenará de seguridad y alegría, te verás diferente, serás más fuerte mentalmente, estarás más pleno emocionalmente y conseguirás establecer un patrón a seguir para siempre, ese patrón nace en tu propia conquista y desde ese puerto nacerán las oportunidades de conquistar al mundo.